Mary solo hablaba de su hijo y de lo feliz que se sentía cuando lo visitaba.
A menudo se la podía ver sentada en el jardín, allí pasaba horas hablando con él y con su esposo quienes habían fallecido en un accidente de tránsito, luego entraba a la casa y le daba a su hija las noticias del encuentro.
Aveces le preguntaba como le iba en la escuela, ella la miraba resignada, ya fueron muchas las veces que le recordó a su madre que los tiempos de escuela quedaron hace largo tiempo atrás.
La mujer empeoraba cada vez mas, a tal punto que una mañana desapareció y la encontraron de noche caminando por el barrio donde había pasado su niñez, ella ausente total le contestó a su yerno que había estado jugando con sus amigos de la infancia.
El Dr. Marcos, era el único médico especializado en Psiquiatría de aquel pueblo, la hija de Mary no quería enviar a su madre a la clínica para que él le realizara tratamiento pues sabía bien los métodos que utilizaba, pero ante la locura progresiva de la misma y la insistencia de su esposo, terminó por convencerse de que era necesario.
Después de varias secciones en que Mary fue sometida a todo tipo de análisis clínicos y psiquiátricos, el doctor Marcos concluyó que padecía de esquizofrenia y lo mas efectivo era utilizar electro choques.
Le realizaron unas cuantas secciones y según cuenta su hija luego de dicha terapia todo pareció volver a la normalidad.
De todas formas el doctor Marcos le indicó que podría tener recaídas y en ese caso tendría que regresar a la clínica para un nuevo tratamiento.
Era como si cada tanto cruzara esa linea que separa el hoy del ayer y una vez en el pasado, aquel pasado tan feliz, perdiera el viaje de regreso y no pudiera volver, allí es donde entra en acción el Dr. Marcos y su máquina del tiempo, esa terapia que todos temen y que se llama TEC (terapia electroconvulsiva)
Mónica Gribaudi