Translate

martes, 28 de noviembre de 2017

¡Y él va!

Algunas mañanas un señor mayor pasa frente a mi trabajo, lo hace caminando con mucho esfuerzo, ayudado por un bastón.
Este poema es para él.

¡Y él va! 
hay una fuerza que lo impulsa
llámese dios, amor o voluntad,
y ama la vida.

¡Y él va!
a diferencia de nosotros 
no puede ocultar sus miserias
y persiste obstinado
en salir adelante.

¡Y va!
lleva en su mochila
toda su humanidad rota
y a cada paso
intenta lo imposible
sin rendirse
por rearmarse

y su camino no tiene regreso
mira hacia  adelante
con la frente curtida 
de tanto andar contra el viento
pero siempre en alto,
más alto, en busca del sol.

-De que te ries-
le pregunté una mañana
-de ti-, contestó
-y de la venda en tus ojos-.

Mónica Gribaudi

viernes, 17 de noviembre de 2017

Lo que no vimos


Imagen relacionada

Lo que no vimos
fueron las nubes
acechando nuestro cielo
no pudimos predecir la tormenta
que se lo llevó todo
inundando las raíces
enterrándonos en el lodo.

Lo que no vimos 
la oscuridad
que llegó lentamente
ave silenciosa
devastador su mirar
que extendiendo sus alas
nos cubrió el corazón
de triste penar.

No vimos la luna deprimida
ni los girasoles secarse
no entendimos las señales
no medimos la distancia
que se hacía cada vez mas honda
entre tu pecho y mi afán 
de refugiarme en él.

y de tanto no ver
nos quedamos a ciegas
tanteando en busca de algo
que nos de estabilidad.
y solo sujetamos el aire
frío de nuestros pulmones
cansados de suspirar.

Solíamos aunar nuestros 
pasos en la marcha
cuando nuestras manos 
unidas sujetaban sueños,
solíamos mirarnos sin preguntas
cuando la confianza existía,
cuando de ojos cerrados
el amor se expresaba.
y entre nosotros existía paz.

Mónica Gribaudi

miércoles, 8 de noviembre de 2017

LLOVÍA Y ELLA MIRABA A TRAVÉS DE LA VENTANA



Imagen relacionada


Los barquitos de papel navegaban en su mente, otros mares añoraba, muy distantes a este lago donde estancada transcurría su vida, esa mujer soñaba despierta...
-Me iré de aquí, no le diré a nadie, me echaré a la mar como un galeón sin destino y buscaré un puerto donde lanzar el ancla.-
Los barquitos de papel se deslizaban por el marco de la ventana mientras garabatea en el vidrio empañado recuerdos que la asfixiaban.
De papel son sus sueños, tan frágiles que las gotas de lluvia los sumergen en la nada y los deshace.
Llovía fuera de la casa, pero eso no le afectaba, sí le atemorizaba el temporal interior que emanaba de su ser y del cual no encontraba refugio.
Llovía y ella miraba a través de la ventana de su alma, cuentan que en la mañana se fue y nadie sabe su destino …,  creo que se volvió barco y pudo por fin navegar mas allá del horizonte.

Mónica Gribaudi