Este poema es para él.
¡Y él va!
hay una fuerza que lo impulsa
llámese dios, amor o voluntad,
y ama la vida.
¡Y él va!
a diferencia de nosotros
no puede ocultar sus miserias
y persiste obstinado
en salir adelante.
¡Y va!
lleva en su mochila
toda su humanidad rota
y a cada paso
intenta lo imposible
sin rendirse
por rearmarse
y su camino no tiene regreso
mira hacia adelante
con la frente curtida
de tanto andar contra el viento
pero siempre en alto,
más alto, en busca del sol.
-De que te ries-
le pregunté una mañana
-de ti-, contestó
-y de la venda en tus ojos-.
Mónica Gribaudi