¡Quisiera pedirle a lo noche un deseo!
Tal vez mientras duermo le hablo,
en mis sueños,
donde las quimeras despiertan,
en donde a todo me atrevo.
Y en los ratos de desvelo
se me hace tan grande el cielo
que no me alcanzan los ojos
y mucho menos los dedos
para acariciar tanta inmensidad
y enceguecida quedo,
deseando poder volar,
deseando ser un lucero.
Mónica Gribaudi
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